Optimizar la calidad de imagen de un televisor puede transformar por completo la experiencia audiovisual. Aunque muchos usuarios se conforman con las configuraciones predeterminadas, ajustar parámetros como el brillo, contraste, color y funciones avanzadas como HDR puede marcar una gran diferencia. A continuación, una guía básica (pero detallada) para obtener la mejor imagen posible.

Configuración de la TV para mejorar la calidad de imagen
Ajustar el brillo y el contraste de manera equilibrada. El brillo controla la intensidad de las partes más oscuras de la imagen, mientras que el contraste regula la diferencia entre las áreas claras y oscuras. Para una imagen equilibrada:
- Brillo: Hay que ajustarlo para que los detalles en escenas oscuras sean visibles sin hacer que las partes negras se vean grises.
- Contraste: Ajustar este parámetro para que los blancos sean brillantes pero sin perder detalle. Un contraste demasiado alto puede hacer que las partes claras se quemen.
Configurar el nivel de color y la temperatura. El ajuste de color influye directamente en la naturalidad de las imágenes. Un nivel de color adecuado permite que los tonos sean vivos sin parecer exagerados. Además, la temperatura de color (fría o cálida) modifica la tonalidad general. La configuración neutra suele ser la más adecuada para la mayoría de los contenidos.
Activar y ajustar el HDR si la TV lo permite. El HDR (High Dynamic Range) expande el rango de contraste y color. Para sacarle provecho, hay que asegurarse de que tanto el televisor como el contenido sean compatibles con HDR. Después, ajustar la intensidad del HDR en el menú, evitando configuraciones demasiado brillantes que puedan resultar artificiales.
Utiliza los modos preestablecidos de forma correcta. La mayoría de los televisores incluyen modos como ‘Cine’, ‘Deportes’ o ‘Juegos’. El modo ‘Cine’ suele ofrecer la calibración más realista, mientras que el modo ‘Deportes’ prioriza la fluidez. Lo mejor es probar cada uno para ver cuál se adapta mejor a las preferencias personales.
Desactivar funciones innecesarias. Tecnologías como el ‘Motion Smoothing’ pueden generar un efecto de telenovela poco natural. Lo más recomendable es desactivarlas si se prefiere una imagen más cinematográfica. También es recomendable ajustar o desactivar el ‘Ruido’ y ‘Nitidez’ para evitar distorsiones.
Mantener actualizado el firmware. Las actualizaciones del fabricante pueden mejorar la calidad de imagen, corrigiendo errores y optimizando el rendimiento del televisor. Siempre hay que asegurarse de tener instalada la última actualización disponible.
Utilizar cables HDMI de alta calidad. Para fuentes externas como consolas o reproductores, utilizar cables HDMI 2.0 o superiores garantiza una transmisión óptima de la señal y el aprovechamiento de características como 4K y HDR.
Optimizar la configuración de un TV puede requerir tiempo, pero el resultado vale la pena. Experimentar con los ajustes mencionados es la forma más sencilla de comenzar a disfrutar de una experiencia visual superior.