La memoria RAM se ha convertido en uno de los componentes más determinantes a la hora de evaluar el rendimiento de un smartphone. Sin embargo, su elección no debe depender únicamente del número de gigabytes, sino del equilibrio con otros elementos del sistema. A continuación, se detallan los factores más relevantes que conviene considerar antes de optar por un modelo u otro.

Lo primero es comprender el papel de la RAM en un móvil. Esta memoria actúa como espacio temporal donde el sistema operativo y las aplicaciones cargan sus datos para funcionar con fluidez. Cuanta más RAM tenga un dispositivo, mayor será su capacidad para ejecutar múltiples tareas sin ralentizarse. Pero el número absoluto no lo es todo: una RAM rápida y bien gestionada puede ofrecer una experiencia superior incluso con menos capacidad.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta el tipo de sistema operativo. iOS y Android gestionan la memoria de forma distinta. Mientras que los iPhone suelen funcionar de forma eficiente con menos RAM debido a la optimización entre hardware y software, los móviles Android, en especial aquellos con capas de personalización pesadas, pueden requerir cantidades mayores para ofrecer un rendimiento similar.
Otro aspecto crucial es el uso previsto del dispositivo. Para quienes emplean el móvil en tareas básicas como mensajería, navegación o redes sociales, 4 o 6 GB de RAM pueden ser suficientes. En cambio, los usuarios que editan vídeo, juegan con frecuencia o utilizan múltiples aplicaciones al mismo tiempo deberían considerar modelos con 8 GB o más. En el caso de smartphones de gama alta orientados al gaming o productividad, existen incluso configuraciones de 12 o 16 GB, aunque su aprovechamiento real dependerá de cada caso.
No menos importante es la tecnología de la memoria. Las generaciones LPDDR4X y LPDDR5 ofrecen mejoras significativas en velocidad y eficiencia energética respecto a modelos anteriores. Esta diferencia puede traducirse en una mayor autonomía y una respuesta más ágil del sistema, por lo que conviene verificar qué versión incorpora el dispositivo.
También es recomendable valorar el soporte a largo plazo. Algunos fabricantes actualizan sus dispositivos durante varios años, lo que hace que un modelo con más RAM pueda mantenerse fluido y actual en el tiempo, sin necesidad de reemplazo inmediato. Esto es especialmente relevante en un contexto donde el software evoluciona con rapidez y exige más recursos.
Por último, la RAM no debe analizarse de forma aislada. Su efectividad depende del equilibrio con el procesador, el almacenamiento interno (y su velocidad, como UFS 2.2 o 3.1) y la optimización del sistema. Un móvil con 12 GB de RAM pero un procesador de gama baja no ofrecerá la misma experiencia que uno con 8 GB y un chip más capaz.
Elegir la memoria RAM adecuada no solo influye en la rapidez de las aplicaciones, sino en la vida útil y la satisfacción general con el dispositivo. Un análisis meditado, que considere tanto el uso personal como las especificaciones técnicas del equipo, es clave para una compra inteligente.