El pasado 27 de febrero, OpenAI anunció la llegada de ChatGPT-4.5, una actualización significativa de su popular chatbot basado en inteligencia artificial. Sam Altman, fundador y CEO de la compañía, compartió sus impresiones sobre el nuevo modelo a través de un post en X (anteriormente Twitter).

Altman destacó que esta versión marca un hito en la evolución de los modelos de lenguaje, describiéndola como el primer modelo que me da la sensación de estar hablando con una persona reflexiva
. Sus palabras no fueron elegidas al azar; subrayan un avance que redefine la percepción pública sobre la IA y sus capacidades para interactuar de manera más humana.
La ‘magia’ de ChatGPT-4.5: más allá del razonamiento
Altman explicó que durante sus pruebas personales, llegó a sorprenderse al recibir consejos útiles por parte del chatbot, algo inédito hasta ahora. Esta cualidad refleja una mejora notable en la capacidad del modelo para comprender el contexto y responder de manera coherente y matizada, acercándose a lo que podríamos considerar una conversación reflexiva.
Sin embargo, Altman también fue claro en advertir que, a pesar de estos avances, ChatGPT-4.5 no es un modelo de razonamiento destinado a superar puntos de referencia estándar en pruebas de IA. En su lugar, sugirió que el valor diferencial de esta versión radica en una forma distinta de inteligencia, más intuitiva y cercana a la interacción humana.
Uno de los aspectos más sorprendentes del anuncio fue la admisión de Altman sobre los desafíos logísticos que enfrenta OpenAI. Describió a ChatGPT-4.5 como un modelo gigante y caro
, cuya implementación simultánea para los usuarios de los planes Plus y Pro se vio retrasada por la escasez de unidades de procesamiento gráfico (GPU).
La creciente demanda de este tipo de recursos refleja tanto el éxito de la plataforma como los desafíos inherentes a su escalabilidad. OpenAI planea añadir decenas de miles de GPU durante la primera semana de marzo para mitigar este problema, con la promesa de incorporar cientos de miles
más en el futuro próximo.
GPT-4.5 is ready!
— Sam Altman (@sama) February 27, 2025
good news: it is the first model that feels like talking to a thoughtful person to me. i have had several moments where i've sat back in my chair and been astonished at getting actually good advice from an AI.
bad news: it is a giant, expensive model. we…
Esta necesidad urgente de potencia de cálculo subraya un problema estructural en la expansión de los servicios basados en inteligencia artificial: la infraestructura tecnológica aún tiene dificultades para seguir el ritmo del crecimiento exponencial en la demanda de modelos avanzados. La carrera por las GPU no solo afecta a OpenAI, sino que es un síntoma de la lucha global por dominar el mercado de la inteligencia artificial.
Sam Altman enfatizó que ChatGPT-4.5 no debe ser evaluado exclusivamente por su capacidad para superar benchmarks técnicos. En su lugar, sugirió que el verdadero valor del modelo radica en una especie de ‘magia’ que surge durante las interacciones.
Esta afirmación puede parecer ambigua, pero tiene una lógica subyacente: mientras que los modelos anteriores se centraban en mejorar métricas cuantificables, esta nueva versión parece priorizar la calidad subjetiva de la interacción, enfocándose en la empatía conversacional y la capacidad para generar respuestas que parecen más humanas y comprensivas.
Este enfoque podría marcar una diferencia crucial en la aceptación y utilidad de los chatbots de IA en el día a día de los usuarios. La capacidad para ofrecer consejos útiles y mantener conversaciones que se perciben como reflexivas podría ser la clave para integrar más profundamente estas tecnologías en ámbitos como la atención al cliente, la educación y el soporte emocional.
A pesar de los elogios, Altman dejó en claro que ChatGPT-4.5 tiene limitaciones. No es un modelo diseñado para el razonamiento lógico profundo ni para tareas que requieran superar los puntos de referencia tradicionales. Esta honestidad es refrescante en un contexto donde las empresas tecnológicas a menudo exageran las capacidades de sus productos.
El desafío para OpenAI será, por tanto, equilibrar las expectativas en torno a la ‘magia’ de las interacciones con la realidad de un modelo que, aunque impresionante, sigue estando lejos de una inteligencia general capaz de razonar como un ser humano. La apuesta de OpenAI es clara: prefieren avanzar hacia una IA que interactúe de manera convincente y empática, en lugar de concentrarse exclusivamente en superar pruebas técnicas.