Google ha dado la bienvenida a Google Cloud Next '25. Lo que hace un año era una previsión centrada en la inteligencia artificial (IA), hoy se convierte en una realidad con una plataforma global robusta, multiagente y una infraestructura que tiene la intención de cambiar el futuro de la computación empresarial. La compañía ha presentado más de 3.000 novedades, algunas de ellas con implicaciones transformadoras para los negocios, la productividad y la propia arquitectura de red.

El impulso creciente de la IA de Google
Uno de los anuncios más fuertes ha sido la evolución de su familia de modelos Gemini, liderada ahora por Gemini 2.5, una generación con avanzadas capacidades de razonamiento. Gracias al soporte de la nueva TPU Ironwood, este ecosistema permite ejecutar cargas de trabajo de IA con hasta 42,5 exaflops por pod. La infraestructura está pensada tanto para modelos altamente avanzados como para tareas más comunes, con versiones como Gemini 2.5 Flash, que está optimizada para ofrecer mayor eficiencia en costes y rapidez de respuesta.
El despliegue de Vertex AI también ha sido protagonista. La plataforma ha multiplicado su uso por 20 en el último año y ya integra más de 200 modelos, tanto propios como de terceros. Su expansión incluye herramientas como el Agent Development Kit y el protocolo Agent2Agent, que habilitan entornos de múltiples agentes capaces de colaborar de forma autónoma para resolver tareas difíciles. Google lo denomina "ecosistema multiagente", una idea que quiere convertir a cada empleado en un nodo reforzado por IA dentro de su organización.
La compañía también ha detallado su nueva "hipercomputadora de IA", que no es un dispositivo único sino un sistema integral de hardware, software y modelos diseñado para ofrecer IA escalable y asequible. Entre sus innovaciones destacan mejoras en almacenamiento y la disponibilidad de Pathways, el motor de inferencia desarrollado por DeepMind.
A nivel de red, Google ha abierto su infraestructura privada global con Cloud WAN, una red troncal que asegura mejorar el rendimiento de red hasta en un 40% y reducir el coste total de propiedad en igual proporción. Su expansión abarca 42 regiones conectadas por más de 3,2 millones de kilómetros de cableado, en lo que ya se considera una de las mayores redes distribuidas del mundo.
En el ámbito de la productividad, Google Workspace integra ahora funciones como la generación de audio en documentos, análisis automatizado en hojas de cálculo y flujos de trabajo orquestados por IA. Estas mejoras refuerzan su estrategia de poner herramientas avanzadas al alcance de cualquier usuario empresarial, sin necesidad de conocimientos técnicos.
Además, Google ha demostrado su compromiso con entornos con necesidades específicas de soberanía, al anunciar que sus modelos Gemini podrán ejecutarse localmente gracias a Distributed Cloud, en colaboración con socios como NVIDIA y Dell. Esta capacidad es crucial para sectores regulados como el sanitario, financiero o el gubernamental.
Con todos estos movimientos, Google ofrece productos o servicios, además de una plataforma integral pensada para integrar la inteligencia artificial en cada proceso, equipo y dispositivo. La compañía aspira a que su infraestructura no sea un simple soporte tecnológico, sino el sistema nervioso digital que impulse la próxima década de innovación empresarial.