La edición del Mobile World Congress 2025 ha sorprendido con una innovación sin precedentes: el primer ordenador biológico comercial del mundo, denominado CL1, desarrollado por la empresa australiana de biotecnología Cortical Labs. Este avance marca un hito en el campo de la computación biológica, una disciplina que busca integrar elementos de naturaleza biológica para procesar y almacenar información, así como desarrollar algoritmos inspirados en los mecanismos evolutivos.

El CL1 utiliza neuronas reales cultivadas sobre un chip de silicio capaz de enviar y recibir impulsos eléctricos, combinando lo mejor del mundo biológico y el silicio. La tecnología subyacente se apoya en los avances recientes en nanobiotecnología, que han permitido manipular proteínas y moléculas de ADN para realizar cálculos de manera análoga a los circuitos digitales convencionales. Estos progresos han facilitado el desarrollo de estructuras funcionales complejas a partir de componentes biológicos, permitiendo a los investigadores implementar operaciones lógicas mediante ADN manipulado, como en los primeros ordenadores biológicos experimentales.
Lo que diferencia a CL1 de sus predecesores es su arquitectura basada en neuronas reales, las cuales se cultivan en una solución nutritiva que garantiza su crecimiento saludable sobre el chip. Este diseño permite que las neuronas interactúen directamente con un sistema operativo especializado denominado 'biOS' (Biological Intelligence Operating System). Este software, desarrollado por Cortical Labs, se encarga de enviar información contextual a las neuronas, las cuales responden mediante impulsos eléctricos programables. La capacidad de las neuronas para ser programadas permite desplegar código sobre ellas, ampliando las aplicaciones potenciales de CL1.
A pesar de su potencial, CL1 no está pensado para el uso doméstico. Su propósito principal es facilitar investigaciones avanzadas en neurociencia, como el estudio de los procesos de aprendizaje en tiempo real y los mecanismos subyacentes a enfermedades neurodegenerativas, todo ello sin recurrir a experimentos con animales. La eficiencia energética es otra de sus grandes ventajas, superando a los ordenadores convencionales en términos de consumo energético.
Este ordenador biológico representa un paso significativo hacia la integración de sistemas biológicos y electrónicos, abriendo la puerta a futuras aplicaciones en inteligencia artificial y procesamiento de información. La presentación de CL1 en el MWC 2025 no solo subraya los avances en biotecnología, sino que redefine las expectativas sobre el futuro de la computación.