Cuando te ausentas de casa durante varios días, uno de los problemas más comunes a los que te puedes enfrentar a tu regreso es la posibilidad de un apagón en tu barrio. Aunque puede parecer inofensivo, un corte de luz prolongado puede afectar significativamente a los alimentos almacenados en el frigorífico y el congelador. Si la interrupción fue lo suficientemente larga como para iniciar un proceso de descongelación, ciertos alimentos podrían volverse inseguros para el consumo, incluso si aparentan estar bien.

Para evitar este riesgo y saber con certeza si ha ocurrido un apagón mientras no estabas, existe un truco sencillo pero ingenioso: el truco de la moneda en el congelador. Este método casero te permite detectar posibles interrupciones en el funcionamiento del congelador y valorar si los alimentos son seguros para su consumo.
¿Cómo funciona el truco de la moneda en el congelador?
La técnica es sorprendentemente fácil de aplicar. Solo necesitas una taza, agua y una moneda. Un par de días antes de salir de viaje, llena la taza con agua y colócala en el congelador hasta que el agua esté completamente congelada. Una vez que el hielo esté sólido, coloca una moneda sobre su superficie y vuelve a guardar la taza en el congelador.
El principio detrás de este truco es bastante simple: si durante tu ausencia ocurre un apagón que provoca que el congelador deje de funcionar temporalmente, el hielo comenzará a derretirse. Al volver a encenderse el electrodoméstico, el agua que se haya derretido volverá a congelarse, pero la moneda habrá cambiado de posición, hundiéndose hacia el fondo de la taza.
Si al regresar encuentras la moneda en el fondo o a media altura del hielo, sabrás que se produjo un corte de luz lo suficientemente largo como para comprometer la seguridad de los alimentos. Por el contrario, si la moneda permanece en la parte superior del hielo, puedes estar tranquilo: el congelador no sufrió interrupciones prolongadas y los alimentos deberían estar en buen estado.
Otro método práctico para detectar apagones durante tu ausencia es el truco del cubito de hielo. Para aplicarlo, solo necesitas congelar agua en un recipiente pequeño o tener listos unos cubitos grandes de hielo. Antes de irte, asegúrate de que estén bien congelados y sácalos del molde original, guardándolos en un recipiente más grande o en una bolsa de plástico dentro del congelador.
Si al regresar notas que los cubitos han cambiado de forma o están parcialmente derretidos, es probable que haya habido un apagón lo suficientemente prolongado como para descongelar parcialmente los alimentos. Este truco es eficaz para detectar si el congelador dejó de funcionar el tiempo suficiente como para comprometer la calidad de los alimentos, incluso si estos aparentan estar bien al tacto.
Tanto el truco de la moneda como el del cubito de hielo son métodos caseros sencillos y económicos para comprobar la integridad de los alimentos tras una ausencia prolongada. Implementarlos puede evitarte el riesgo de consumir productos en mal estado y contribuir a tu tranquilidad a la hora de regresar a casa.