El uso de auriculares con cancelación de ruido se ha convertido en una tendencia creciente, especialmente entre quienes buscan concentración o una experiencia sonora inmersiva. Sin embargo, algunos especialistas han encendido las alarmas sobre sus posibles efectos en la salud auditiva y la capacidad del cerebro para procesar los sonidos. Aunque no existen evidencias científicas que confirmen un impacto negativo directo, el debate ha puesto sobre la mesa un problema mayor: la falta de conciencia sobre la salud auditiva, especialmente entre los jóvenes.

¿Pueden afectar la capacidad de oír? Recientemente, algunos audiólogos han relacionado el uso intensivo de estos dispositivos con el desarrollo de trastornos de procesamiento auditivo (TPA). Este problema no implica una pérdida de audición en sí misma, sino dificultades para diferenciar o interpretar sonidos en entornos ruidosos. Según Gerard Encina-Llamas, investigador en el Copenhague Hearing and Balance Center, el TPA suele diagnosticarse cuando no se detectan problemas físicos en el oído, pero el cerebro muestra dificultades para interpretar los sonidos. A pesar de estas preocupaciones, Encina afirma que no hay pruebas científicas que vinculen directamente el uso de auriculares con cancelación de ruido con este trastorno.
El principio de funcionamiento de estos dispositivos se basa en la emisión de un sonido con una frecuencia inversa al ruido externo, anulándolo antes de que llegue al oído. Esto reduce la exposición sonora y no debería causar daños auditivos. No obstante, algunos usuarios han reportado sensaciones extrañas al retirarlos, como una mayor sensibilidad al ruido ambiente o una percepción distorsionada del sonido.
El verdadero problema: la sobreexposición al sonido. Más allá de la cancelación de ruido, el uso prolongado de auriculares a volúmenes moderados o altos podría tener un impacto negativo en la salud auditiva. Encina advierte que una exposición constante al sonido, incluso si no es extremadamente elevado, puede dañar las neuronas del nervio auditivo con el tiempo. Esto significa que los jóvenes que hoy abusan del uso de auriculares podrían enfrentar problemas de audición más severos en la vejez que las generaciones anteriores.
Los expertos destacan que el verdadero desafío radica en la falta de conciencia sobre la importancia de la salud auditiva. La exposición prolongada a ruidos intensos, tanto en conciertos y festivales como en el uso cotidiano de auriculares, podría desencadenar pérdidas auditivas prematuras. La educación y la prevención juegan un papel clave para evitar que esta tendencia se convierta en un problema de salud pública a largo plazo.
Déficit en la atención a la salud auditiva. El panorama en cuanto a la atención de problemas auditivos no es alentador. En muchos países, la audiología sigue siendo un campo poco desarrollado y los recursos sanitarios destinados a la salud del oído son insuficientes. En España, por ejemplo, la falta de audiólogos especializados y la escasa accesibilidad a audífonos por razones económicas y culturales hacen que muchas personas con problemas auditivos no reciban la atención necesaria.
Si bien el uso de auriculares con cancelación de ruido no parece representar un riesgo inmediato para la salud auditiva, su abuso y el uso continuado de auriculares a altos volúmenes pueden acelerar la pérdida de audición con el paso del tiempo. Más que una alarma sobre estos dispositivos en particular, la discusión debería centrarse en la necesidad de mejorar la educación auditiva y fortalecer los recursos sanitarios en este ámbito. Escuchar bien no es solo cuestión de tecnología, sino también de conciencia y prevención.